LOS OTANES, LAS PIEDRAS SAGRADAS DE LA SANTERIA

Este grupo de yorubas les confieren estas piedras una acción determinante que se denominan otanes. Las piedras u otanes atrapan el poder y es desde donde emanan sus energías que influyen en la vida de los creyentes ayudándolos a vencer las adversidades y facilitándoles su mejor desenvolvimiento.
Los sacerdotes o padrinos eligen estas piedras u otanes de acuerdo con su aspecto, su color y su forma. Una vez seleccionadas se pregunta a los santos si cada una posee las condiciones interiores requeridas.

El omiero es una sustancia líquida compuesta por aguas místicas, yerbas de fundamento y otros ingredientes secretos.
Por último los otanes recibirán la sangre de los animales sacrificados a los dioses. En el piso y en compañía de otros juegos de otanes pertenecientes al padrino, se dice que están comiendo juntos porque están naciendo los orichas. Al tercer día será entregado al iyabó o iniciado, quien los adorará toda su vida y serán depositados en unos recipientes tapados (las soperas).
Ningún aleyo o profano puede mirarlas ni tocarlas. Las corrientes internas han cobrado vida, poseen eleddá, que quiere decir conciencia, por tanto, escuchan y contestan por medio de sus caracoles.