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Hay una realidad que todo mago profesional o aficionado sabe: “los trabajos mágicos no siempre salen bien”. Cuando algo falla hay que averiguar por qué. Como todas las actividades que se realizan con seriedad y compromiso, sólo triunfa quien es perseverante y se preocupa por mejorar.

LA ACTITUD INTERIOR

Ningún hechizo puede dar buenos resultados si quien lo practica no respeta el fundamento de la magia. La base de toda actividad esotérica es el perfeccionamiento del espíritu, su desarrollo y evolución. Y esto debe dar sustento a los hechizos desde el principio y hasta el final. Más allá del objetivo concreto que los impulse a efectuar un ritual, detrás de ese deseo debe existir una aspiración  superior; transformarnos interiormente y evolucionar de tal modo que el Universo entero obtenga un beneficio

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ERRORES MÁS COMUNES

Los errores más comunes suelen ser:

  • No definir bien el objetivo del hechizo. Aunque al leerlo parezca imposible, son muchas las veces que se suele olvidar el objetivo principal. Intenta tenerlo muy claro y trata de resumirlo en una sola frase.
  • No guardar discreción.  No debes de alardear de tus hechizos. En caso de alardear de los resultados o de hablarlo con la persona equivocada se puede volver en contra tuya. El silencio es una virtud.
  • No haber elegido el momento oportuno para su realización. Fíjate bien en cual es el momento adecuado para la realización del ritual y comprueba que se dan esas circunstancias. Un consejo que toda buena vidente igualmente te dará, es que  solamente uses los hechizos en el momento en que de verdad lo necesitas.
  • No haber reunido todo el equipo necesario. Comprueba, antes de ponerte manos a la obra, que dispones de todos los elementos que intervienen en la ejecución del hechizo. Presta atención hasta el más mínimo detalle. Nunca debes de interrumpir un hechizo para ir a buscar cualquier elemento que hubieses olvidado. Elige también,  además de los elementos necesarios un entorno tranquilo y con buenas energías.
  • No encontrarse en la disposición adecuada. En el momento de efectuar el hechizo debes de recargarse de energía positiva. Párate un momento y olvida tus preocupaciones. Realiza un ejercicio de relajación y ponte manos a la obra. Y si no estás en paz con alguien no olvides ponerte primero en paz con ese semejante.
  • No efectuar las acciones que requiere el hechizo. Al igual que necesitabas disponer de todos los elementos para su realización,  debes de asegurarte de poder hacer aquellas acciones que se requieran, algún pase mágico,  algún esfuerzo físico como arrojarlo lejos, etc. Planéalo bien y, si es necesario,  realiza primero un ensayo de estas acciones.
  • No haber cerrado el hechizo. Debes ponerle fin al trabajo. Lo más habitual es cerrarlo con alguna frase del tipo: “Así sea” o “Esto es lo que te pido”.

 

Por último, no olvides que cada vez que realices un hechizo, este no debe ir dirigido contra nadie. El mundo se rige por energías y la consecución de tu deseo debe de ser para producir una evolución y un aumento de energías positivas.

 

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